Acordarme de mi primer amor me resulta taaan penoso fue hace más o menos 6 años, Me parecía el niño más cute, la pasé muy bien con él, éramos diferentes y eso hizo que nos complementamos.
Por situaciones de la vida, no fue algo duradero, cometimos errores que hizo que fuera prohibido estar juntos, pero a pesar de todo esto siento que es uno de mis recuerdos más bonitos.
A pesar de que nuestra relación terminó, seguimos hablando seguido, pero poco a poco empezamos a bajar la frecuencia hasta que entendimos que lo nuestro se había terminado y que cada quien tenía un camino por seguir, y como bien dice el dicho el tiempo todo lo cura, lo superé.
Empecé a fijarme más en mí y en lo que quería, me costó más de lo que hubiera querido pero no más de lo normal, esto por esas ideas cómo “NUNCA lo voy olvidar” (primer strike, never say never).
Después viene el “ Es que es el AMOR de mi vida” (segundo strike, el amor de tu vida eres tú mismo).
Pero en eso llega otra persona y lo superas aunque por lo regular piensas que tu EX es la persona más odiosa jaja, tendemos a ser exagerados, esto no porque queramos serlo sino porque no conocemos todas esas emociones.
En mi experiencia y dejando a fuera casos extraordinarios, la relaciones adolescentes duran menos de poco, basta una pelea para que nos mandemos a volar ¿Por qué?
A mis 18 años y tanto me parece que nuestra capacidad de amar no está desarrollada y aún nos está cayendo el 20, nos ilusionamos igual de rápido que nos enojamos, tenemos el miedo constante a que todas nuestras relaciones (la mayoría fugaces) terminen con el “trágico” final de un corazón roto, pero cómo dice un dicho “no por miedo a errar vas a dejar de jugar”
Nunca de los nuncas vamos a sentirnos preparados para salir de nuestra zona de seguridad,pero la vida fluye y debemos fluir con la vida.
Las relaciones van más allá de si te escribe o no todos los días, de que si no te llama eso dice de que esa persona no te quiere y que no piensa en ti, esas para mí son relaciones ficticias, esas que de un día para otro las cosas toman un giro brutal y dejas de hablar con esa persona que ya le contaste toda tu vida por whats, que sabe tus secretos, y que hasta quizás hasta querías o crees que quieres. Estamos en la época en dónde interés es igual a un like en cada una de tus fotos en instagram.
Pero a mí no me interesan esas relaciones porque en realidad no son relaciones, dejemos a un lado los mensajes y empecemos a buscar excusas para vernos, dejemos de prometer y actuemos, tengamos relaciones reales, más allá de las apariencias, sin miedo a que nos rompan el corazón, porque al final de todo se aprende y será una experiencia más.
Todos merecemos a alguien que no pueda pasar un día sin decirte un simple hola, que siempre quiere verte, que conozca tus gustos y tus desagrados no porque se los dijiste por whats sino porque en todas tus citas te observó y te grabó en su mente, todos merecemos un amor verdadero y duradero, pero ¿Cómo lo tendremos si estamos buscando relaciones ficticias o peor aún si estamos con tanto miedo a lastimarnos que ni siquiera sentimos?
Disfruta la vida no te derrumbes porque algo terminó, agradece que sucedió y aprende de la situación. Todo pasa por algo.
Hay una frase que cuándo estás en mood Anti-Amor la lees y te encanta “No cruces océanos por personas que no cruzarían un charco por ti” pero si reflexionamos en realidad, ¡tienes que hacerlo!, hay que arriesgar para ganar y debemos hacer lo que nuestro corazón nos dicta, tratar a las personas como nos gusta ser tratados, y sólo tener la precaución de prestar atención quién sí, quién no y quién nunca.
Así que el “rompete una pata” ha cambiado, anda ve y rompete el corazon.
¡Buenas vibras!
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